
18 Ene JUGUEM EN FAMILIA – els jocs a la premsa.
Hace unas semanas nos pidieron que escribiésemos un artículo relacionado con los juegos de mesa para el suplemento de cultura del diario El Punt Avui. El artículo fue publicado el pasado 12 de enero, y aquí podéis consultarlo en .pdf (puede que la carga sea algo lenta, paciencia)
El artículo está redactado en catalán, y para aquellos que no lo entendáis, os dejo a continuación el texto en castellano:
Jugar es una actividad fundamental en el desarrollo de las habilidades y la personalidad de los individuos. Pero ¿es cosa de niños? Jugar en familia estrecha los vínculos entre padres e hijos y ofrece momentos inolvidables.
JUGUEMOS EN FAMILIA
Tengo 50 años y me encanta jugar. Hay personas que cuando les explicas que una de tus aficiones son los juegos de mesa, te miran con cierto aire de extrañeza, sorprendidos, y te hacen comentarios del tipo “¿Y no te parece una perdida de tiempo?”, “¿Y no eres muy mayor para juegos?”…
Uno de mis mayores tesoros es un viejo ajedrez. No es el más bueno, ni el más bonito. Pero con ese ajedrez mi padre me enseño a jugar y eso lo hace muy especial. Aquellos momentos los recuerdo muy felices, y guardo en mi memoria la enorme sonrisa que me regaló cuando tras decenas y decenas de partidas le anuncié por primera vez “jaque mate”. En todas aquellas partidas compartimos un tiempo precioso que de ningún modo fue tiempo perdido. Todo lo contrario. Un tiempo lleno de complicidad, de conversaciones y consejos. Un espacio en el que yo me encontraba muy cómodo y cercano a él. Seguramente por eso me encanta jugar.
Y es por eso que procuro contagiar a mi mujer y a mis hijos del placer por sentarme en una mesa con ellos y compartir un buen rato frente a un juego. Jugar en familia es una actividad rica en sensaciones y un buen campo de pruebas para enfrentarse a los retos que te depara la vida.
Todos los participantes en el juego estamos en un mismo nivel, sin jerarquías. Las mismas reglas para todos. Los mismos objetivos. Se diluye la linea entre padres e hijos. Estamos relajados y si nos dejamos llevar entramos en un mundo en el que, por un momento, los problemas quedan aparcados. Nos comunicamos con total espontaneidad. Afloran las emociones, la risa, nuestra personalidad. Un lugar en el que aprender a ser generoso en la victoria y despertar el ansia de superación en la derrota.
Una cita atribuida a Platón dice “se conoce más de una persona en una hora de juego que en un año de conversación” y si bien no hay absoluta certeza sobre si la frase verdaderamente es del filósofo griego, estoy convencido de que el sabio la firmaría gustosamente.
También en ocasiones hay quien me comenta lo difícil que es llegar a casa tras un agotador dia de trabajo y encontrar el tiempo y las ganas de sentarse a jugar. Ante esa cuestión sólo puedo alegar que el juego aporta toda una serie de valores positivos que hacen que el esfuerzo valga la pena, para los hijos y por supuesto para nosotros, los padres: desarrollan las habilidades sociales; la paciencia; la confianza en uno mismo. De forma lúdica y tranversal nos ayudan a mejorar nuestra competencia lingüística y matemática, nuestra capacidad de concentración y la memoria.
Jugar es bueno para todas las edades. Hemos de desterrar el prejuicio que dictamina que jugar es cosa de niños. Nada más lejos de la verdad. En los últimos años han aparecido multitud de juegos que pueden satisfacer los más exigentes paladares lúdicos, juegos que aún permanecen anónimos al gran público y que bien merecen entrar en nuestras casas: de estrategia como Carcassonne o Aventureros al Tren Europa; de observación, Dobble y Fantasma Blitz se me antojan imprescindibles; imaginativos, como Dixit, o de pensamiento lógico y rapidez como Ubongo.
El viejo ajedrez de mi padre sigue en juego, ahora con mis hijos. Y estoy deseando el dia en que me anuncien su primer “jaque mate” para regalarles una sonrisa, una más de tantas que ya me han arrancado en nuestros incontables ratos jugando. El tiempo mejor invertido de mi vida, el más valioso.
Cristian
Posted at 22:06h, 18 eneroToda la razón del mundo. Los juegos ayudan en muchas cosas de la vida y aportan buenos valores. El problema está cuando tienes un grupo de gente que encima se crean malos rollos a veces, cosa que a mí por desgracia me pasa. Es una pena, porque el no saber perder y no tomarse las cosas como “un simple” juego puede llegar a afectar hasta la amistad. Y parece una tontería, pero es que hay casos… Evidentemente, el problema es del individuo que se lo toma así.
Llena de alegría saber que en tu familia los juegos han sido aceptados con tantas ganas ^_^. Cuando tenga yo pareja ojalá sea así conmigo ajajaja.
Un saludo de parte del “Dado Dorado”.
Cristian Becerra
JugarXJugar_alf
Posted at 14:01h, 20 eneroSi, Cristian. Es lo que viene a decir la frase de Platón. En los juegos la gente saca a relucir su personalidad. Y a veces en un grupo hay personalidades contrapuestas, y ya tienes el lio montado 🙂 Ante eso solo cabe la paciencia o cambiar de grupo, cosa que con la familia no puedes hacer 😉
Eugeni
Posted at 12:24h, 20 eneroUn gran article! Enhorabona!
JugarXJugar_alf
Posted at 14:01h, 20 eneroMoltes gràcies, Eugeni
JOSE ANTONIO ROLDAN BUENDIA
Posted at 17:28h, 21 eneroMe ha encantado, y me ha emocionado tu articulo Alfred. Comparto totalmente tus reflexiones.
JugarXJugar_alf
Posted at 18:42h, 22 eneroGracias Toni. Me alegro de que te haya gustado 🙂
Luis Rodríguez
Posted at 00:45h, 26 eneroMuy hermoso, Alfred, todo lo que dices. Me ha encantado.
Yo estoy plantando la semilla de los juegos entre mis hijos y la verdad es que va arraigando con fuerzas, aunque hay momentos delicados, como el aprender a perder que cuestan un poco.
Pero es que la vida es así y hay que relativizar las cosas y aprender a superarse, y los juegos son una prueba a menor escala que te ayuda en muchas cosas.
Y el estar la familia en torno a un juego son momentos especiales que compartes.
Un saludo
JugarXJugar_alf
Posted at 20:04h, 05 febreroGracias por tu comentario, Luis. Con los peques la cuestión de ganar o perder es delicada, depende mucho de la sensibilidad del niño. Pero el juego es un buen campo de pruebas, claro que si. ¡Qué disfruteis jugando juntos!