

En octubre de 1740 murió Carlos VI, Emperador de Alemania y cabeza del Estado Austriaco. Su sucesión recayó en su hija mayor, María Teresa, de 23 años de edad. Sin embargo, por la ley Imperial, así como por la tradición, las mujeres no podían suceder en el Trono Imperial.
En octubre de 1740 murió Carlos VI, Emperador de Alemania y cabeza del Estado Austriaco. Su sucesión recayó en su hija mayor, María Teresa, de 23 años de edad. Sin embargo, por la ley Imperial, así como por la tradición, las mujeres no podían suceder en el Trono Imperial.
Los enemigos de Austria consideraron que bajo la dirección de la nueva emperatriz, el imperio era presa fácil. Y además, Baviera reclamaba el título imperial. ¿Había algo más fácil de lograr con una Austria aislada y gobernada por una joven, inexperta y, eso creían, débil mujer?
Sin embargo, los atacantes habían subestimado a María Teresa y su fuerte carácter y tenacidad. En contra de los consejos de sus ministros, ella no estaba dispuesta a ceder la más mínima parte de su herencia...